Después de tanta campaña para pintarnos a los españoles que los juegos de azar nos traerán una nueva edad de oro, se cancela la construcción de Eurovegas.
Por lo visto, las ventajas que se le ofrecieron a Adelson para que trajera aquí un trocito de su imperio, no fueron suficientes.
Ahora de golpe a nadie le conviene este acuerdo, ni al gobierno ni a los inversores.
A vender las tragaperras toca.
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